Cuando uno cree que ya nada lo puede sorprender…

11-26-2005

A propósito de lo que escribiera Medea recientemente…

En una lista de correo — que a veces realmente me pregunto por qué leo — hace unos días un tal León González decidió que ese mensaje que le habían reenviado, contándole como un estudiante de la Universidad Latina que se fue de fiesta a la Calle de la Amargura al día siguiente apareció hasta el cuello en hielo y con dos riñónes menos, tenía no solo algo de credibilidad sino que debía ser reenvíado con prontitud a toda la lista, por supuesto para que sus lectores estuviesen prevenidos.

En las sabias palabras de Medea: “WTF?? Si me sigue enviando spam voy a enviar a alguien a quitarle el computador y acceso a internet. Voy a conseguir que lo baneen de los cafés internet y no lo dejen acercarse a un computador hasta que se consiga un cerebro.”

Toma dos segundos de pensar: la historia dice que lo dejaron en una tina con hielo, le dolía mucho la espalda y en el espejo escrito con pintura de labios decía “llame al hospital porque le quedan dos horas de vida”. Al llamar la enfermera le dijo que se revisara el cuerpo, no encontró nada. Le dijo que se revisara la espalda y se encontró con dos ranuras de 15 centímetros en la parte baja de la espalda. Le mandaron una ambulancia y resultó que le habían robado los riñones.

¿Dónde cree este tipo que tiene uno los riñones? Esa cosa que “estorba” para llegarle a los riñones desde “atrás” es un músculo relativamente fuerte (basta tocarse la espalda para darse cuenta) y que una vez cortado hace tremendamente difícil no solo ponerse en pie sino moverse en general. La clase de “rarunas” que describe el email sangrarían hasta decir basta, un literal baño de sangre. ¿Y para qué exactamente va a dejar un ladrón de riñones viva a la víctima? ¿Para ir a sacarle las córneas el próximo mes?

Contestarle diciéndole que por favor se abstuviera de enviar ese tipo de basura a una lista de correo en el futuro fue un acto reflejo. Mea culpa. Lo que no esperaba fue la respuesta… parafraseando: “Vd. no es autoridad como para decirme a mí qué mandar y qué no mandar a la lista de correo.” Típico de esta tierra: la señalización sobre la carretera dice que el límite de velocidad es de 60 km/h, pero como no hay ningún “tráfico” a la vista, entonces no hay problema si uno se raja a 120 km/h, de por sí, la carretera está vacía, y es recta, así que qué daño hace ir a esa velocidad…

Cosas así hacen que a veces uno piense que deberían exigir certificado de posesión de cerebro en condiciones operacionales, examen y licencia para poder usar la red para lo que sea.



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