Y así termina…

12-23-2005

Una velada en realidad bastante perfecta:

Llevaba un rato imperdonablemente largo sin escuchar a Malpaís en vivo y al igual que todas las veces anteriores me volví a convencer de una cosa: cada vez que uno lo escucha suena mejor. Siempre hay un recoveco que no había notado antes, un nuevo acorde en el lugar preciso, o un nuevo despliegue de virtuosismo que antes no había estado presente (y sin querer echar a menos al grupo, creo que el de hoy se lo lleva la muchacha del coro). Música espléndida, compañía ideal, y para cerrar, llegando a casa me detuve un minuto para (ad)mirar por última vez en el día la escena del acto: San José de noche.

Gracias a mis tres cómplices.



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