A los Tres Reyes Magos

01-10-2006

Pues llego yo a la oficina el lunes y me encuentro que el Niño había dejado debajo del… del… erm… ¡del árbol de cables! cinco tarritos nuevos (luego me dijeron que tenían que ser diez pero que el Niño no sabe contar bien todavía)

Preguntado para qué eran los tarritos la respuesta fue “no sé”, así que ni lerdo ni perezoso la siguente oración resultó en “¿y qué le parece si los usamos para …?” “Pues, sí, suena bien” Y como acá al zorro que se duerme lo dejan sin gallinas, entre la hora de almuerzo y las docenas de preguntas de gente queriendo saber “¿dónde está …?” y los tres o cuatro trámites burocráticos pendientes, pues fueron acomodados todos ellos cinco en su sitio, con todos sus cables y sus cosas.

Y para esta altura están todos ellos instaladitos y funcionando tal y como el Santo Transistor manda (¡gracias Phillip!).

Ahora le toca a los Tres Reyes Magos emular al Niño y llegar tarde con los regalos… Si no es mucha molestia quisiera que fuesen diez proyectores con cinco tarjetitas de video que les hagan juego, pero cualquier cosa que Vds. quieran será bien recibida.



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