Sobre el acuerdo de la UNA en torno al CAFTA

06-01-2006

La Universidad Nacional acordó, al igual que la Universidad de Costa Rica, pronunciarse en contra del CAFTA.

El acuerdo emitido por el Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional es claro y además contundente en cuanto a las razones por las cuales no es una buena idea la aprobación del CAFTA. Sin embargo existe un punto que no me deja de molestar:

Respecto de la materia de propiedad intelectual, en primer

término, debe quedar claro que Costa Rica ya cumplió con los

estándares internacionales en materia de Propiedad Intelectual, los

que fueron impuestos al final de la Ronda de Uruguay y con el

surgimiento de la OMC, de modo que no estamos obligados a endurecer

nuestra legislación en esta materia, mucho menos se nos puede

obligar a adoptar la legislación en Propiedad Intelectual del mundo

desarrollado, _limitando el acceso de sectores sociales a la

informática por el pago obligado de licencias_, lo que,

igualmente, limita el acceso de sectores de la población a la era de

la información digital y del conocimiento. Partiendo de lo anterior,

el TLC tendría como implicaciones los siguientes temas

principales:

5.1 El acuerdo de hacer más fuertes las sanciones en materia de

violaciones a la propiedad intelectual en nuestra legislación, y el

efecto de tales medidas sobre la libre circulación de la información

científica con fines educativos, así como sobre el acceso de nuevos

sectores sociales a la información digital.

(énfasis mío)

Realmente me da vergüenza que una institución pública de educación superior costarricense argumente de esta forma.

El subdesarrollo es en primera instancia un estado mental. Es imposible salir del subdesarrollo si no abandonamos primero y antes que todo nuestra mentalidad subdesarrollada. Nos han tratado de meter la idea que el CAFTA nos ayudará a salir del subdesarrollo, lo cual en mi criterio se ubica incluso por debajo de una frase publicitaria orientada a vender cigarrillos. El CAFTA si algo puede lograr es mantenernos en el estado actual de las cosas al convertirnos en el patio trasero de producción de los EE.UU. Si los costos de producción en EE.UU. fuesen tan siquiera comparables a los locales, el CAFTA no hubiese existido nunca, pero todos estamos conscientes que nuestro principal atractivo es que la mano de obra es barata.

Que los EE.UU. alimenten y sostengan esta situación a través de algo como el CAFTA pasa.

Pero que la Universidad Nacional se aproxime tanto a decir que está bien que no paguemos por los programas informáticos que utilizamos “porque somos pobres” es realmente triste.

Que los programas informáticos tengan los precios ridículamente altos que tienen se debe, en primera instancia, a que en los países desarrollados esos precios son igualmente ridículos, pero la capacidad adquisitiva de la gente es tal que no les “duele” tanto pagarlos. Las empresas productoras de software no podrían justificar ni ante los consumidores ni ante los accionistas ni ante las autoridades reguladoras ( e.g. instituciones de protección del consumidor) vender los productos a un precio en Francia y a un precio diferente (y sustancialmente menor) en Ecuador. Esto unido a la facilidad de duplicación de los medios digitales ha causado que en nuestros países haya florecido toda una estructura alrededor de la distribución ilegal de programas informáticos.

¿Pero por qué no ha florecido esta “industria” en Alemania, España, Italia, Japón y todos esos países en la misma forma? Después de todo, los instrumentos requeridos para esta actividad provienen precisamente de allá.

Mentalidad.

La diferencia está en nuestra mentalidad. Para nosotros, dada la alternativa entre pagar y no pagar, preferimos no pagar, sin considerar la dimensión (i)legal de la acción. Nosotros tenemos que instalar rejas en nuestras casas, supuestamente para mantener fuera a los ladrones. Ahora que Alemania está de moda con el asunto del mundial de fútbol de la FIFA, aprovechen para mirar como allá son muy pocas las casas que tienen este tipo de “decoración”. Nosotros tenemos que construir muros alrededor de nuestras casas. Tenemos que poner alambre navaja en torno a nuestras escuelas. Tenemos los tristemente usuales “el parqueo es un servicio gratuito …”. Tenemos universidades que se van pareciendo cada día más a una cárcel, cercadas y con controles de ingreso. Tenemos cantidades irrazonables e increíbles de barrios que contratan “seguridad” privada. Tenemos personas fuertemente armadas y con malos modales en nuestros bancos.

Si argumentamos que está “bien” que irrespetemos los derechos de otros (aunque sea de otros en otros países) porque “somos pobres” no vamos a salir nunca de ese estado. No se vale argumentar “es que si no lo hacemos, no vamos a salir del subdesarrollo porque no tendremos acceso a los medios.” Si no tenemos los recursos económicos para pagar esas cosas, buscamos formas que nos permitan hacerlo, sea entablando acuerdos con las empresas, sea produciendo nuestros propios programas, o sea adoptando metodologías como lo son el Software Libre. Pero no se vale simplemente meterse a la casa del vecino, tomar lo que ocupamos y salir contentos y campantes.



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