11-08-2007
¿A qué suena lo que sigue?
Ahora, ¿cómo están actuando al interior de las universidades
estos grupos anárquicos que como borregos están conduciendo a la masa
estudiantil hacia un farallón mortal?. Debe haber mucha “complicidad
interna”, obviamente. Detrás de estos movimientos estudiantiles
parecieran existir poderosos grupos profesorales que marcan las pautas a
seguir, pautas que posiblemente tengan origen foráneo. Esto lo podemos
afirmar pues vemos como son amparados, y atrincherados, dentro del
recinto universitario, individuos encapuchados que atacan […] a
cualquier persona que los adverse y principalmente a los cuerpos
policiales. ¿Por qué no son obligados a dejar la instalaciones
universitarias?. ¿Por qué permiten su permanencia en el interior de los
ambientes universitarios?. ¿Quién está detrás de todo esto?.
[…]
No todos los universitarios somos estúpidos y con la defensa al SI lo vamos a demostrar.
¿A Mayi Antillón u Jeannina del Vecchio hablando de las injusticias que los universitarios cometemos en contra de la democracia y la institucionalidad? ¿a movimiento contra el TLC? ¿a protesta por el combo? ¿a qué?
A lo que sea que suene, no es nada de eso. Es un profesor universitario venezolano a favor de la reforma constitucional que va a referendum el próximo diciembre en aquel país “defendiendo” el sí. Y el punto es que Venezuela podrá ser muy diferente a Costa Rica, pero tiene los mismos problemas. Acá tenemos gente que se presenta como “socialdemócratas” y nos venden liberalismo salvaje. Allá por lo visto tienen “socialistas” que les venden represión.
La clase de represión que el gobierno venezolano — sí, electo en un proceso totalmente democrático — está empleando para llevar “adelante” esa reforma constitucional no se perdona bajo ningún pretexto. No se perdona que un gobierno socialista acalle protestas. No se perdona que militantes socialistas llamen a la supresión de opiniones contrarias. No se perdona que se emplee la brutalidad policiaca para disolver manifestaciones contrarias al gobierno. No se vale decir que es el gobierno “revolucionario” y volver a ver a otra parte. No se vale decir que está sacando de la pobreza a mucha gente (con políticas clientelistas) y dejar que haga lo que le venga en gana con la oposición. No se vale decir “es que es Chávez” y que necesita esos cambios para sacar la revolución adelante y hacerse de la vista gorda respecto a los abusos propuestos.
Igual como la mujer del César no solo tiene que ser honrrada, sino también tiene que aparentarlo, los gobiernos de izquierda no solo deben llamarse así, sino también deben serlo. De lo contrario terminamos en Costa Rica.