01-30-2008
Dado que esta es la primera cosa que escribo este año en este espacio, tal vez el tema no debería ser, pero en fin …
Hay una cantidad de cosas que no me gustan pero por más que trato no se me ocurre nada de lo que clásicamente iría en una lista de estas. Lo único que se me viene a la mente es la ensalada de repollo y zanahoria rayada con mayonesa. Pero eso es hacer trampa, porque estrictamente no es que no me guste, sino que me da náuseas. Supongo que puedo decir que no me gustan los limones dulces y con eso cumplo.
Ahora sí, las cosas que realmente no me gustan…
No me gustan las excusas. De hecho la forma más simple para desarrollarle tirria a una persona es que comience a dar una excusa tras otra. Les queda de tarea establecer la diferencia entre “excusas” y “razones totalmente admisibles para no poder hacer algo.”
No me gusta la doble moral. Conozco muchas personas que se manejan cada rollo mental solo para sostener, pegada con cuecha, una compleja maraña de ideas contradictorias — que en cualquier otra parte del mundo se llamaría simplemente “doble moral” — que realmente no comprendo como lo logran. Me provoca una especie de alergia aquí adentro que no sé como describir.
Estrictamente hablando no es que no me guste, simplemente me disgusta (otra tarea) que me digan qué hacer. Me indispone al punto que lo que me dicen que haga seguramente quedará mal hecho. Me llama particularmente la atención que la gente, viendo el resultado, insista y no se percate que existen otro tanto de formas muchísimo más simples de lograr un buen resultado.
Dado que pertenezco a la minoría de gente que pertecene a una gran cantidad de minorías, no me gusta la gente que no puede apreciar la diversidad. De lo que sea.
Pero posiblemente la cosa que no me gusta es que me digan que estoy enojado. Me hace tremenda gracia que la mayoría de las personas que dan por un hecho que estoy enojado sean precisamente las personas que nunca me han visto en ese estado. Alguien va a entender esto como un eufemismo para decir “tengo mal caracter”, y lo cierto es que no, no lo tengo. De hecho tengo paciencia aparentemente en cantidades infinitas — detalle del cual suficiente gente abusa — algo que estoy claro no es suficiente para decir que no tengo mal caracter, pero no creo que alguien sea capaz de negar razonablemente que es un requisito…
Y para terminar con algo más positivo: me encanta el uso correcto del lenguaje, cosa en la cual admito no soy particularmente bueno :-)