09-11-2009
Hoy es el aniversario del golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende en Chile en 1973, que fue la puerta de entrada para una de las dictaduras más sangrientas que tenemos en la historia de América Latina. Cada país ha lidiado con las consecuencias de sus dictadoras a su propio modo. Chile hoy es un país que todavía se encuentra dividido por este tema, con un grupo que sufrió enormemente a causa de esto y otro que defiende las acciones tomadas como “sacrificios necesarios” para que el país progresara (si les suena de alguna forma familiar con la Costa Rica del siglo XXI es pura casualidad). A diferencia de otros países latinoamericanos el tema de la memoria se trata de una forma muchísimo más institucional, quizás porque este año también se cumplen 20 años de gobiernos democráticamente electos, todos de la llamada “Concertación” — escencialmente la agrupación de fuerzas opositoras a la dictadura. Además de la reconstrucción del país la Concertación ha procurado construir también espacios para la memoria, bajo la consigna de “nunca más”. Por eso no resulta sorprendente escuchar a la Presidenta Bachelet decir que luego de 36 años ya es hora que dentro de La Moneda se vuelvan a escuchar las palabras “¡viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”