El valor de un premio

10-10-2009

Hoy a las 6 am leí “le dieron el premio Nobel de la paz a Obama”.  Pensé que había leído mal.  Un par de horas después volví a leer y seguía diciendo lo mismo: “le dieron el premio Nobel de la paz a Obama”.

Acá tengo sentimientos encontrados.  Por un lado yo creo que Obama efectivamente hará cosas que lo harán merecedor de ese premio, pero creo que no las ha hecho aún, a lo más que ha llegado es a prometer que las hará.  Por otra parte no puedo olvidar que hoy todavía existen dudas razonables respecto al grado en el cual el Pentágono, que responde y actúa bajo las órdenes de Obama, está involucrado en el golpe militar en Honduras.

Y esto último hace recordar de una forma demasiado directa el mismo premio otorgado en 1973 a Henry Kissinger junto con Led Duc Tho por su participación en las conversaciones de paz en Vietnam.  Hay que recordar que la guerra no finalizó sino hasta 1975, cuando Saigón fue capturada por el Vietcong y el ejército estadounidense se vió forzado a abandonar la ciudad.  Precisamente porque las conversaciones de paz no acabaron con la guerra Led Duc Tho no aceptó el premio, aunque Kissinger si lo hizo.  Las conversaciones no representaron el fin de la guerra, solo la promesa del fin.  Lo que devalúa más esa condecoración es que existen fuertes sospechas que Kissinger, ese mismo año y desde su posición de Secretario de Estado de Nixon, había apoyado financieramente a diversos sectores de la derecha chilena a fin de lograr el derrocamiento del presidente Salvador Allende.  Y se sospecha lo mismo con respecto Uruguay y Argentina.  En el 2001 un juez francés emitió una orden para que Kissinger, que se encontraba en París, se presentara a declarar.  Quería interrogarlo respecto a su rol en la Operación Cóndor.  Kissinger sin embargo escapó esa misma noche hacia Estados Unidos.  En 2003 Baltasar Garzón solicitó a Interpol que Kissinger fuese detenido para interrogatorio mientras se encontraba en Inglaterra, pero la policía ignoró la solicitud.  Durante la administración Bush, Kissinger sirvió de asesor en lo relacionado con la guerra en Iraq.  Cuando uno pone todo esto junto, cae una duda razonable sobre el sentido o el valor del premio Nobel de la paz.

Por supuesto no estoy comparando a Obama con Kissinger, solo estoy cuestionando el premio que ahora tienen en común.

Creo que Obama es honesto cuando propone reducir el arsenal nuclear.  Pero no lo ha hecho.  Creo que es honesto cuando dice que quiere cerrar Guantánamo.  Pero no lo ha hecho.  Creo que es honesto cuando dice que quiere lograr la paz en Iraq, Palestina, Israel y Afganistán.  Pero no lo ha hecho.  Lo que Obama sí ha hecho es mejorar la percepción que el mundo tiene de la política exterior estadounidense. ¿Pero eso vale un premio Nobel de la paz?  Más que un reconocimiento a su labor, un “así nos gusta, siga por ese camino”, lo que este condecoración está haciendo es devaluar el valor del premio.



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