Sobre las encuestas

02-07-2006

Nada como salir del país por 18 horas para abrir la página web de la Nación para ver por cuánto ganó Oscar Arias y encontrarse con ese “4040″. “¿Qué $%@!?”

En general, e ignorando el caso de ciertos estados donde opera una clase de poder dentro del poder que todos nos hacemos la ilusión de que no corresponde a la realidad costarricense, uno puede creer en las predicciones de las compañías encuestadoras (y mis disculpas por enfatizar el hecho que sean empresas privadas, pero a alguna gente le fascina la falacia esa de que lo privado es mejor que lo público por ser privado). Uno o dos puntos para abajo o para arriba es normal, y tal vez solo el caso donde la encuesta predice un “empate” (o sea, al tomar en cuenta el margen de error de la encuesta los resultados se traslapan) sea el que pueda provocar duda.

En general. Pero existen aberraciones particulares para las cuales no se puede creer en ellas. Costa Rica parece estar poblada por esas aberraciones.

Con el resultado “de la verdadera encuesta” puede uno decir una de dos cosas. La primera es que existe en Costa Rica un poder invisible que es capaz de controlar lo que estas compañías dicen públicamente, pero como a los ticos nos gusta creer que ese no es el caso, no voy a decir eso (alternativamente puede uno decir que una de las encuestas/encuestadoras no estaba bajo ese poder pues es antagonista al beneficiario de esa manipulación, pero eso tampoco lo voy a decir). La otra es que las encuestadoras no tienen idea lo que están haciendo.

Cosa que cuando uno ve lo que cobran, puede uno hacerse la ilusión que no puede ser cierto. Uno espera que un consultor serio, que cobra en dólares por minuto de cerebro, no sea tan estúpido como para tirarse al agua sin saber lo que hace, ¿cierto? Falso. No lo he constatado pero me dijeron que Borge “explicó” la falla aduciendo que para poder obtener una muestra de 1500 personas, tuvieron que hacer 8000 llamadas pues la mayoría de la gente no quería contestar.

Señor Borge, eso se lo enseñaron en la primera clase de Estadística que llevó, pero parece que Vd. estaba dormido: lo que Vd. nos vendió como “error” de la muestra es aplicable únicamente en el caso de poblaciones aleatorias y cuando Vd. preselecciona la población (mediante la pregunta “¿me quiere contestar esta encuesta?”) la población deja de ser aleatoria, por tanto es imposible asociar una distribución de Gauss con la misma y por eso no se puede calcular la desviación en la forma que Vd. lo hizo. De ahí en adelante todo estaba mal. En la encuesta de la UCR por lo menos nos decían “esta encuesta está desviada en .”

Es eso, o nos mintieron con alevosía. Escojan.



  « Anterior: Siguiente: »