05-02-2006
Se acabó la pesadilla que fue la pasada Asamblea Legislativa. ¡Por fin! Borrón y cuenta yada yada yada yada…
¿Es lo que viene realmente mejor? Comenzó haciendo gala del concenso político. El PLN se puso de acuerdo con el ML respecto a al conformación del directorio, a fin de evitar el desmadre ocurrido el año pasado cuando la elección se extendió en una forma que pareció eterna. Pero es una cosa rara, pues oyendo los resultados de las votaciones, los votos del ML no han sido realmente necesarios, pues aún sin ellos se hubiese alcanzado el número requerido de votos para la elección.
Para lograr esos votos que no ocupaba, el PLN tuvo que negociar y ceder varias cosas al ML, particularmente términos para la reforma fiscal. ¿Entonces cuál exactamente es el cálculo que el PLN está haciendo? Pienso que no tiene nada que ver con la elección, sino que lo que el PLN “compró” fue por así decirlo “paz”. Paz en el sentido que el ML probablemente se comprometió a no presentar grandes cantidades de mociones a la reforma fiscal.
Eso en sí probablemente es irrelevante (aunque quienes votaron por el ML pueden con todo derecho y razón sentirse traicionados por esta acción). Lo que es más relevante es que el ML logró negociar con el gobierno, algo que el PAC, con todos sus diesiciete diputados parece no haber conseguido.
Haciendo el ejercicio de decir lo que es evidente, en primera instancia eso habla mal del PAC. Pero habla peor del PLN, pues dice mucho respecto al tipo de cosas que está dispuesto a comprometer y “sacrificar” para lograr la mítica y mal entendida gobernabilidad que Miguel Ángel Rodríguez tanto reclamara. Ideológicamente el PLN está más cerca del PUSC y el PAC que del ML, pero fue precisamente los votos y la ausencia de enemistades con este último lo que el PLN valoró como más deseable. ¿Será el futuro uno donde solo aquello que pasa con 29 votos es lo que se va a promover?
Pacheco en calidad de presidente de la Asamblea Legislativa dió las gracias a aquellos que votaron por él a pesar de las diferencias ideológicas que los separan y que con ello han demostrado “una nueva forma de hacer política”. ¿Será esa nueva forma “ceder un poquito por acá, ganar un poquito por allá, aún cuando eso signifique actuar en contra de las propias creencias“?
Porque si ese es el caso, ¡nos llevó la que nos trajo!