05-11-2006
Hace ya rato casi no compro CDs, lo cual contrasta con algunos años atrás donde compraba varios por mes. Las compras recientes son cosas realmente excepcionales, quizás no tanto por la calidad de las producciones sino por su existencia.
La razón para esto es simple: creo que el sistema de distribución de música actual está mal, es anacrónico. Es un sistema que funcionaba bien en los 60s, pero 40 años después tenemos grandes redes de distribución de datos que permiten la eficiente redistribución de copias fieles de la producción original. Eso eliminaría a la mayoría de los intermediarios. Dejaría escencialmente al artista, al estudio de grabación y al vendedor, que perfectamente podría ser el mismo estudio o el artista.
Pero no se hace eso, sino que se continúa metiendo en la ecuación a las compañías productoras, esas que realizan las grandes inversiones en grabación, diseño, mercadeo, distribución, posicionamiento y qué sé yo que otra cantidad de palabras que buscan justificar que miserables 40 minutos de mala música cuesten US$14,95 en una tienda. En la lista debería estar también “sobornos a las radioemisoras”, pero como esa es una palabra fea mejor la ignoramos y la dejamos en su condición de eso que todo el mundo sabe y de lo que nadie habla.
Pero también creo que iTunes (y acá digo iTunes por ser el ejemplo más exitoso del modelo “alternativo”) también está mal: iTunues Music Store (iTMS) no hace otra cosa que quitar el empaque del CD así como el CD en sí (y acá cito a un amigo que decía “si el CD trae caca, yo quiero la caca”), pero no cambia significativamente el modelo de distribución. Una canción en iTMS cuesta 99 centavos de dolar (bueno, depende de dónde esté uno, pero por ahí anda), y un album US$9,99. Pero la calidad de los archivos bajados dista mucho de la calidad de un CD y de hecho no son copias fieles del original. Peor aún, no es posible hacer lo que uno quiera con el archivo bajado sino que existen cierto tipo de restricciones que con un CD no existen.
AllOfMP3 ofrece archivos no degradados con respecto al original y el modelo de cobro me parece bastante razonable. Por ejemplo, el último disco de Die Happy bajado en calidad de CD (CD-DA) cuesta por ahí de US$12; en calidad de CD pero comprimido (FLAC) cuesta US$6. El último de Reamonn anda por ahí también. Lástima que el servidor tenga constantes problemas de conectividad.