04-14-2007
Bueno, el Tribunal Supremo de Elecciones acogió la relección de firmas para la convocatoria a un referendum vinculante para decidir si Costa Rica ratifica el tratado de libre comercio entre Centroamérica, EE.UU. y República Dominicana … eso fue ayer. Ayer 12 de abril del 2007, no hoy 13, fue un día definitorio en la historia de Costa Rica.
Hoy es un día donde se reescribe la historia. Ayer el CAFTA era algo que debía resolverse en la Asamblea Legislativa. Hoy Óscar Arias dice sentirse “aliviado” porque se va a recurrir al método costarricense de resolver el entuerto.
Ayer Arias decía que un referendum sería una cosa “viable y fácil de ganar”, pero que los costarricenses no estaban para aguantarse “otra campaña electoral” después de haber sufrido la del 2005 (o sea, la de Liberación Nacional). ¿Será esto un presagio de las cosas por venir?
Hoy Arias sale y dice que enviará un proyecto a la Asamblea Legislativa un proyecto para que sea convocado el referendum.
El curso de esta resolución del TSE es interesante, pues hay que recordar que el mismo tribunal rechazó la posibilidad de realizar uno de tipo consultivo. José Miguel Corrales y compañía procedieron a reformular y replantear la solicitud, y pasaron de un referendum consultivo a uno vinculante. Admito no entender los detalles técnicos del asunto, pues ante el primer fallo del TSE yo esperaba que el segundo fuese idéntico, pero de que la pegaron la pegaron.
El nuevo fallo del TSE parece incluir algo en el sentido de que si bien se pueden recolectar las firmas, el trámite del CAFTA puede continuar hasta el momento en el que el referendum como tal sea convocado. Esto es interesante y más a la luz del hoy prometido proyecto de ley.
¿Va a colocar el Poder Ejecutivo este proyecto en primer lugar? ¿Le va a aplicar la vía rápida? ¿O lo va a dejar llevar el trámite eterno de todos los proyectos legislativos? Algunos dirán que Arias “hábilmente” no se comprometió a nada de esto en su discurso de hoy.
Es posible que el Ejecutivo esté haciendo un cálculo: “¿cuándo me resulta más conveniente hacer la convocatoria?” “Si me doy tres meses para hacer campaña y luego tres meses para el hecho, llego a Octubre, y de pronto me ha tocado lidiar con un huracán, y la gente puede andar cabreada.” “Pero si me doy solo un mes y luego tres, entonces llego a Agosto, que es donde quería llegar originalmente, y en Agosto la gente anda contenta.” “En cambio si dejo que estos pelafustanes revoltosos junten firmas, de pronto llego a Noviembre, y la gente ya anda más apretada de plata…”
Luego hay otro jueguito en el que nos van a meter: “ok, convocamos a referendum y detenemos el trámite del asunto, ¡pero la apertura de telecomunicaciones sigue! ¡es puramente circunstancial que sea un requisito del CAFTA!” Y así con otras las otras cosillas: INS, patentes, agua, …
Además del otro naipe bajo la manga: para que el resultado sea vinculante, es necesario un mínimo de participación. Y cuánto exactamente depende de si la Asamblea decide que se ocupan 29 o 38 votos para ratificar el tratado. Hay que recordar que Francisco Antonio Pacheco ha defendido abiertamente que se ocupan solo 29 votos, por lo cual según su propio criterio se ocupa la cantidad más pequeña (30% del padrón, por ahí de medio millón de personas) para lograr el efecto vinculante, lo cual paradójicamente es contrairo a los intereses del oficialismo, al cual le sirve que no lo sea. Si no es vinculante, y llega a ganar el sí, se agarraría de eso como monito Tití; si no es vinculante y gana el no, simplemente lo ignoran.
El caso es que el Ejecutivo se fue por la teatralidad: que la democracia, que la tradición, que el respeto, y solapadamente se dejó decir “sí” cada tercera frase. Los asesores publicitarios de Arias deben estar felices ante la perspectiva del tamaño del cheque que van a pasarle…