02-09-2008
Creo que para nadie que lea entre líneas este blog será un secreto que le tengo respeto a la diputada Andrea Morales, más que nada por el simple hecho que hay que tenerlos muy bien puestos para querer irse a meter a la Asamblea Legislativa a sabiendas que cada tercer día alguien va a salir diciendo que “es muy joven, y por eso hace lo que hace” (e.g. Pacheco y Zamora más recientemente), independientemente de qué hubiese hecho.
Para esta altura cualquiera que abra un periódico nacional — el que sea — está enterado del burumbúm alrededor de ella: luego de varias semanas de un comportamiento un tanto indefinido, que no era ni pa’cá ni pa’llá, pero demasiado según moros y muy poco según cristianos, el lunes por fin habló claro y estableció que irá en contra de la línea fijada por el PAC y que conformará quorum en las sesiones extraordinarias que tienen como única finalidad quemar sesiones en un procedimiento abreviado y ya de por sí atroz.
Con esto tengo varias reacciones encontradas…
Por un lado, siempre he criticado a los diputados que no son capaces de razonar solitos y siguen ciegamente las cosas que el partido diga (liberacionistas, pa’l que no entiende todavía). Llevo un chorro de años escuchando las transmisiones del plenario por Radio Nacional, y si algo he aprendido en ese tiempo es que en el parlamento lo que menos se hace es parlamentar y las discusiones en el plenario no son discusiones, son monólogos. Y dentro de esa deformación operativa de la Asamblea, los liberacionistas relucen pues en cada legislatura han habido dos o tres ungidos que tienen el derecho de decir en voz alta cuanta ocurrencia quiera (y son muchas las que resultan entre Antillón, del Vecchio, Taitelbaum y Ballestero) con el resto todos calladitos y obedientes. Y los que no se alinean, o salen o son sacados del partido.
En este sentido, respeto que Andrea Morales demuestre que hace lo que piensa, lo cual, dirá alguno, demuestra que aún es joven.
Por el otro lado, sin embargo, no estoy de acuerdo con la conclusión a la que ha llegado producto de ese pensamiento independiente. El jueves la escuchaba en “Aló Iris” explicando que es lo que la condujo a decidir separarse de la línea del partido, y no me convence. En la forma que yo lo entendí, el argumento se reduce a que la Asamblea no camina y que no cree que ella deba contribuir a entrabarla aún más. Prueba de ello es que dijo varias veces que “ya es suficiente”, que considera que se pierde mucho tiempo, agenda de implementación o no.
Dice acertamente que este gobierno ya está a medio camino, lo cual en Costa Rica quiere decir que queda solamente un año para pasar las leyes que se quieran pasar, entiéndase reforma fiscal, reforma electoral, reforma del PIB para la educación, leyes relacionadas con mayor seguridad para la población, y un largo etcétera que es de interés del PAC. Y por un proceso lógico simple, concluye que es mejor que la agenda de implentación pase rápidamente para tener tiempo para esas otras cosas.
En el tema específico de la reforma fiscal, dice también que ella cree que el país la necesita con urgencia, y que es seguro que llegado el momento los libertarios harán todo lo posible para que no pase, incluyendo el uso extensivo de los tiempos que el reglamento legislativo les concede, cosa que ella misma denominó “obstruccionismo”.
Y acá hago un paréntesis: yo opino que en el pasado, cuando los libertarios estancaron la discusión del plan fiscal actuaron bien, en la medida que estaban haciendo lo que es consecuente con su ideario político, es decir, que para que el país avance, debe darse un recorte de impuestos y no un incremento de los mismos (por eso apoyan el CAFTA, por ejemplo). Y para el que no termina de entender el punto: yo no estoy de acuerdo con eso, pero comprendo que es lo que el Movimiento Libertario cree. Así las cosas, el ML con minoría en el parlamento y sin posibilidad de construir una alianza para detener el plan fiscal, dieron el siguiente paso lógico: paralizar el proceso. Fueron llamados filibusteros y terroristas, lo cual simplemente refleja una falta total de comprensión del significado de esos términos, pues ni saquearon nada ni trataron de sembar terror en la población.
Regresando al tema, Andrea Morales dice entonces que llegado el momento de discutir nuevamente una reforma fiscal, si ella ahora “obstruye” el proceso de la agenda de implentación no entiende con qué cara le va a reclamar a los libertarios en el futuro que no hagan ellos lo mismo. Nótese que acá hay implícita la suposición que la reforma fiscal que proponga este gobierno no será del agrado del Movimiento Libertario, cosa que yo no firmaría con sangre, pero para efectos de discusión, le doy el beneficio de la duda. ¿Debo entonces entender que si los libertarios “obstruyen” un plan fiscal en el futuro, será suficiente con que Andrea Morales les diga “¡yo no les obstruí la agenda de implementación, así que quíteme todas esas mociones del proyecto!” y ellos caigan en cuenta de su error y procedan de conformidad? Perdón, pero tengo que ir a reirme un rato…
Ok, entiendo el punto: “la mujer del César no solo tiene que ser decente, también debe parecerlo” ó “predique con el ejemplo” ó qué se yo que otro cliché de esos… ¿y cómo nos ayuda eso a que los libertarios dejen que la reforma fiscal ocurra?
El plan fiscal de Pacheco no pasó no porque los libertarios lo bloquearan. El plan fiscal de Pacheco no pasó porque el poder ejecutivo, aún viendo que la Asamblea estaba trabada con esa discusión, no quiso sentarse a negociar los cambios que hicieran a ambas partes felices, es decir no quiso encontrar el punto medio sino que se decidió por una postura de todo o nada, y los libertarios simplemente dijeron “nada”. Con todas las consecuencias que hoy todavía estamos pagando.
¿Y eso no suena excesivamente parecido a lo que está pasando en este momento? ¿es que acso no aprendemos nada de nuestra propia historia?
Alguien va a salir diciendo que es precisamente porque aprendimos algo de ese proceso que es que ahora el PAC debe quedarse cruzado de brazos y dejar que todo pase.
No.
Eso si es una falacia. El PAC en campaña dijo “este TLC no porque sus efectos son nefastos para el país”, y esos efectos de los que el PAC habla se originan en el tratado, pero toman forma con la agenda de implementación. Así que es obligación del PAC, y por ende de todos sus diputados, hacer todo lo que sea posible dentro de la institucionalidad del país para que esos efectos no se materialicen. Y por mucho que le disguste a una cantidad de gente, el reglamento legislativo es parte de esa institucionalidad. Si la única alternativa que da el gobierno es jugar a “todo o nada”, es responsabilidad del PAC decir nada.
En ese contexto, no estoy tan seguro que Andrea Morales, en este tema, esté realmente pensando en lo que hace. Y alguno dirá que eso demuestra que aún es joven.