04-28-2008
Luego de haber leído un par de opiniones respecto al episodio que vivió Francisco Dall’anase me queda una pregunta: ¿es el pleito con Francisco Dall’anase o con el Fiscal General de la República de Costa Rica?
Porque leyendo entre líneas, pareciera más lo primero que lo segundo. Y lo peor de todo es que los que llevan la cosa a esos términos son portadores de pasaporte costarricense.
Si el Gerente Generalísimo de Los Patitos S.A. es sometido a esa clase de proceso, pasa, Estados Unidos es un país soberano y es libre de ejercer todos los controles migratorios que guste, estemos o no estemos de acuerdo con ellos.
Pero si el Fiscal General de la República de Costa Rica, cosignataria junto a Estados Unidos de múltiples acuerdos internacionales en materia de diplomacia internacional, portando un documento oficial que lo acredita como representante y portavoz del Estado es sometido a esa clase de proceso, el tema ya cambia.
Entonces no, no se vale decir “es una barbaridad pero”. Es una barbaridad que debe ser manejada a nivel diplomático. Punto.
Y poco importa si la barbaridad fue causada por tráfico de influencias o para tratar de encubrir un tamal más grande o si fue un simple error un funcionario que solo sabe seguir órdenes. El tema es que ocurrió y eso nadie lo va a cambiar.
Simplemente no puede ser que ahora vengan interesados en Costa Rica a justificar lo sucedido porque Dall’anase es un chichoso. O porque protestó por el trato que se le estaba dando a un representante del Estado, fuera o no fuera enérgica esa protesta. O porque es el Fiscal General que tuvo suficiente integridad moral como para iniciar un proceso judicial en contra de tres expresidentes de Costa Rica. Todo eso tienen que ponerlo a un lado y darse cuenta que el pleito no es con Francisco Dall’anese, es con Costa Rica.