03-18-2009
Rodrigo Arias revivió la semana pasada el asunto de la Constituyente. Seguro sacaron cuentas y se dieron cuentas que ya no hay forma de salir con eso antes del 2014.
Conversando con Vilma Ibarra, Rodrigo Arias dijo (y para hacerle un favor omito todas las partes donde se traba y tartamudea):
“Yo suscribo la idea de que uno podría llevar a consulta en un referendum la convocatoria a una Asamblea Constituyente llevando un texto en que se garantizen los derechos fundamentales en que Costa Rica no está dispuesta a transigir o a modificar y si el pueblo costarricense vota positivamente por esa reforma con ese texto me parece que ese mandato primario tiene que ser respetado en la Asamblea Constituyente porque si bien es cierto que la Asamblea Constituyente es un poder vital con facultades para dictar normas constitucionales también es cierto que el pueblo es el que detenta el poder originario total y me parece que ese mandato tiene que ser respetado.”
Ó don Rodrigo no entiende como funciona una Asamblea Constituyente ó cree que todos en Costa Rica somos tontos. El cuento de respetar la voluntad popular ya nos lo vendieron para el CAFTA, y yo creo que hoy ya no queda nadie en Costa Rica que no crea que eso es diez con hueco.
La escencia de una Asamblea Constituyente es que se va a reemplazar el marco jurídico. El periódo durante el cual se elabora la nueva Constitución es tierra de nadie, la Asamblea Legislativa puede escribir todo lo que quiera en la convocatoria, pero para el momento cuando la Asamblea Constituyente está conformada y funcionando ya no hay Sala IV, Defensoría de los Habitantes, Procuraduría ni nada de nada. Ese es el punto de la convocatoria. Es un procedimiento de excepción, con reglas excepcionales. Si Rodrigo Arias no puede entender eso, yo no comprendo qué está haciendo hablando de convocar una Constituyente.
Yo quiero una Constituyente para Costa Rica, pero entiendo que lo que yo quiero que salga de ese proceso no es lo que va salir del mismo. Los asambleístas que yo quiero que lleguen ahí no son los únicos asambleístas que llegarán. Los que yo quiero que no lleguen invetablemente tendrán un asiento ahí y tendrán voz y tendrán voto. Dependerá de los que yo quiero que lleguen que el resultado se parezca a lo que yo quiero. Así funciona una Constituyente.
Llama la atención que cuenta que ha trabajado en esto durante más de un año con abogados tales como Carlos Arguedas, Fabián Volio, Federico Sosto y Rubén Hernández. Ninguno de esos es neófito y con seguridad ya todos ya le han explicado que eso que el dice no va a funcionar así. No entiende uno como es que entonces insiste en repetir el cuento…
El Universo es simple y le gusta lo simple. Las explicaciones complicadas rara vez con correctas. Entre idiotez y malicia, la explicación más simple es la idiotez, por eso no creo que Rodrigo Arias esté hablando con malicia.