Casi me convencen

06-03-2009

Durante mi vida adulta he tenido permiso constitucional para participar en cuatro elecciones presidenciales.  En dos de esas cuatro no me encontraba en el país y pasé a engrosar las filas de los abstencionistas.  En otra ejercí mi derecho a decir que no quería opinar, creyendo que con eso lograba algo, tonto que es uno.  La restante ha sido la única elección en la cual mi voto ha ayudado a colocar a alguien en la presidencia de la república — así, con minúscula, pues fue uno de los peores gobiernos que ha tenido Costa Rica en mucho tiempo.  Esa fue la única vez en mi vida en la que he votado por Liberación Nacional.  Me queda el consuelo que de haberme abstenido, el resultado hubiese sido exactamente el mismo, mi voto no hizo ninguna diferencia.

Y ahora viendo el proceso de elección de candidato tanto en el PAC como en Liberación Nacional me doy cuenta que casi me convencen.  Del lado del PAC alguna gente dice que “¿para qué? ¿para qué cincuenta millones de colones para elejir al que de por sí hubiese sido el candidato de ese partido?” Del lado de Liberación Nacional parece que todavía existe una duda razonable respecto a si la ungida realmente lo es, lo cual supongo que justifica “invertir” por encima de mil millones en la misma cosa (y uno nota que ningún empresario invierte en algo a menos que exista alguna posibilidad razonable de no solo recuperar la inversión sino multiplicarla).  Del PAC dicen que los debates fueron aburridos, que todos estaban de acuerdo, entonces que para qué los debates.  De Liberación Nacional más bien dicen que “¡qué bueno!”, “¡ahí sí se dicen de todo!”, “¡se sacan todos los trapos sucios!”

… y yo la pura verdad no sé, pero prefiero los debates del PAC.  Respodieron las preguntas que les hacían.  Exponían ideas.  Señalaban y aclaraban sus divergencias.  Debatían.  Los de Liberación Nacional han sido un circo: por un lado Berrocal que está tratando de sacar pelo con sangre a ver si así le prestan atención; por el otro un ignorante al que le cuesta hilar dos oraciones seguidas; y por el último una persona que, a pesar de los muchos premios que haya recibido, no convence ni a un carajillo de comerse un helado.  En lugar de debatir sobre las ideas, se la pasan tratando de ver quién encuentra la última mancha en el historial de los otros a ver si así consiguen que el viento cambie un poco de rumbo y las veletas giren en consecuencia.

De la elección del PAC lo que yo veo que resulta es un enorme potencial para unir fuerzas — tontos en el PAC si desaprovechan la oportunidad — pero en Liberación Nacional más bien lo que está resultando es un salpicadero de sangre tras el cual unir fuerzas será simplemente una utopía que en razón de ser utópica la declararán inalcanzable y por tanto ni siquiera harán el intento.  O alternativamente lo harán luego de haberse repartido todos los pedazos del pastel.

Yo quise creer que el cambio era posible, pero se esforzaron mucho en mostarme que la realidad es distinta.



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