Sobre la “nueva” vía a Caldera

06-11-2009

Recientemente comenzaron a cobrar el peaje a la altura de Escazú en la “nueva” vía a Caldera.  Yo rara vez tengo que andar por ahí, así que lo que era noticia de primera plana en algunos periódicos, para mi eran más bien historias de horror contadas por mi compañera que si tiene que pasar todos los días por ahí.

En general me parece aberrante entregar una obra de esa clase en conseción, pero la derecha de este país quería calle sin huecos, rápida, bien señalizada y por encima de todo eso, ayer, casi bajo el lema de “cueste lo que cueste”.

Bueno, para la próxima vez quizás se midan más con los deseos, porque costó lo que costó.

No hay que tener un doctorado en descuajiringar cuajiringajos ni nada remotamente parecido para sacar cuentas bien sencillas… Para los vehículos, incluídas las ambulancias y las patrullas de tránsito, cobran ¢310 en cada sentido.  Dicen que solo por ese sitio pasan 90 mil vehículos diarios, entre lunes y viernes (y por lo que pude apreciar el sábado pasado, en fin de semana pasan más, no menos).  Con solo eso vamos por cien mil dólares diarios ó US$2,1 millones por mes ó US$25 millones por año ó — suponiendo que el costo del peaje nunca cambie — US$629 millones en 25 años de conseción.  Exactamente eso que lee: 359 mil millones de colones por concepto de peaje en un tramo que difícilmente tiene cinco kilómetros de longitud.  Y los que todavía le creen a la prensa podrán sacar rápidamente cuentas: con esa plata se construyen dos autopistas a Caldera completas y recibimos algo de vuelto.

Para ponerlo en perspectiva, esos 359 mil millones corresponden a poco menos de la cuarta parte de lo recolectado por concepto de impuesto al ruedo de toda la flotilla vehicular de Costa Rica durante los mismos veinticinco años si no se realizaran ajustes nunca más.  Veinte kilómetros de carretera recaudarían lo mismo que el resto de las calles y carreteras del país juntas. Y para más referencia, Costa Rica tiene hoy del orden de 50 mil kilómetros de caminos, calles y carreteras, con algo así como cinco mil asfaltados.  Es decir, por el 0,1% de la vía pagamos el 20% del precio.  ¿Chayotes y piñas?  Puede ser.  Pero dice mucho respecto a dónde tienen las prioridades nuestros gobiernos.

Y todo esto sin contar lo que se roban en el peaje, que, si uno toma a Sole como referencia, vendrían a ser cien mil millones de colones en los mismos veinticinco años.

Ciertamente ganar plata no es delito, pero lo que están haciendo con esta carretera debería serlo.



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