De vuelta a la estupidez

07-15-2009

Hoy Óscar Arias, imagino que junto a la flamante ministra de Transportes, firmó el decreto que reinstala la restricción vehicular en San José.

El problema es que literalmente reinstala la restricción vehicular en San José, es decir, volvemos a la misma estupidez que regía hasta hace un mes donde la única ruta viable para cruzar San José de Este a Oeste y viceversa está vedada a la quinta parte de los vehículos, a saber circunvalación.

Yo tengo restricción los días lunes.  Resulta que el lunes recién pasado tuve una reunión en el oeste de San José.  A las 11:40 am duré menos de 20 minutos en llegar a mi destino.  No había nadie en circunvalación. De regreso, a las 2:50 pm duré igualmente 20 minutos, pues tampoco había nadie en circunvalación. De solo pensar en como hubiese hecho para llegar a mi destino de estar vigente la restricción me da algo.  La única opción factible, es decir la única donde hay un chance razonablemente bajo de que me quiebren un vidrio para robarme los mil pesos que ando en la billetera o se me quiebre un eje del carro debido al pésimo estado de las calles, significaba ir a pasear a Guadalupe, Tibás, la Uruca, Pavas, los  Anonos y Escazú, lo cual me aventuro a pensar que representa por lo menos una hora y media de ida y una hora y media de vuelta.  Es decir, dos horas y veinte minutos más pero en condiciones de tránsito pésimas.  ¿CUÁL AHORRO ENERGÉTICO NI Q’OCHO CUARTOS, AH? Si un 20% de los vehículos aumenta su consumo en al menos 78%, para que exista un ahorro, el 80% restante tiene que consumir como mínimo 20% menos combustible y para que el ahorro sea significativo (10%) cada vehículo de ese 80% tiene que consumir 32% menos de combustible.  Yo no he escuchado a alguien decir que al remover la restricción su consumo de combustible subió tanto.  Eso o el 20% que no puede circular deja el carro guardado y usa otro medio de transporte, pero si uno abre los ojos y ve lo que hay en la calle se da cuenta que eso no estaba pasando.

Y es que yo soy el primero que se sube gustoso en un bus, pero resulta que el MOPT en tres años ha sido incapaz de ordenar el sistema de transporte público en la Gran Área Metropolitana, entonces — ignorando el problema de la ámplisima red de información que tiene el MOPT operando para proveer a los cuidadanos con un medio eficiente para encontrar las opciones de transporte público a su disposición, es decir, no sé donde están las paradas de buses ni qué horario tienen — resulta que para poder realizar el mismo viaje tendría que tomar como mínimo un bus, un tren, otro bus y con muchísima suerte un bus más sino un taxi, lo cual en casi cualquier otro país del mundo es aceptable pero en Costa Rica representa un periplo de dos horas en cada dirección.  Entonces tomo los 40 minutos originales y los aumento en tres horas veinte.

O sea, con la restricción vigente lo que hago es que tomo el teléfono y digo “lo siento, otro día será porque los lunes y los miércoles mi radio de acción es limitado y definitivamente no me da para llegar al otro lado de San José”.



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