Mejor me hago el tonto

05-08-2011

En política hacerse el tonto también es una estrategia. Por ejemplo, se hizo la tonta Annie Saborío el domingo pasado cuando algunos diputados trataron de presentar apelaciones a las acciones que ella estaba tomando, y eso fue lo que eventualmente desembocó en el aborto de la sesión de ese día. El problema con hacerse el tonto muy seguido es que eventualmente uno deja de hacerse para convertirse en un tonto.

Ese es el caso de la señora Presidenta de la República, el Ministro de la Presidencia, el Ministro de Comunicación, y por lo visto todos los diputados de Liberación Nacional. Al día de hoy todos ellos continúan lamentándose por la falta de un “interlocutor” para la oposición. Comenzaron haciéndose los tontos respecto a que Alianza por Costa Rica tenía como objetivo la elección del directorio legislativo, es decir, es una alianza alectoral, no una alianza ideológica. Si fuese una alianza ideológica, tendría todo el sentido del mundo esperar un interlocutor. Pero con una alianza electoral, cuyo objetivo es ganar una elección, es totalmente iluso esperar tal cosa. Evidentemente salir en la prensa exponiendo tal expectativa tiene como intención crear presión sobre la agrupación para obligarlos a tal cosa y eventualmente resquebrajar el pacto a cuenta de las evidentes diferencias internas que se generarían. El problema es que pasaron de hacerse los tontos a creerse el cuento que ellos mismos estaban contando, y por eso hoy se muestran “enormemente desilusionados”.

Señores, entiendan: la forma en la que se ha venido conduciendo la Asamblea Legislativa, desde su directorio, durante los últimos diez o veinte años, es lo que ha causado una buena parte de los problemas por los que está pasando hoy en día. Ha sido tradición de la presidencia repartir entre los amigos y enajenar a los que no lo son. Se ignoran arbitrariamente reglamentos, procedimientos, apelaciones, solicitudes, etc. Pacheco era una estrella en esto y Villanueva todavía peor. Alianza por Costa Rica se formó simplemente como una reacción al abuso y la matonería política de los recientes años. Dejen de buscar un pacto ideológico donde no lo hay, estos son simplemente las víctimas de abuso que por fin levantaron la mano y se atrevieron a pararle el puño al matón de la escuela.



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