El resultado más extraño de la encuesta del CIEP

01-23-2014

Ahora que el sitio web del Semanario Universidad volvió a la vida, y que Alberto Cortés nos hizo el favor a todos de publicar el estudio respectivo, se vale opinar respecto a que “en segunda vuelta, Luis Guillermo Solís le ganaría a cualquier rival”.

Luis Guillermo tiene razón: esta campaña electoral es de locos. Lo que ese gráfico dice es que en caso de pasar a segunda vuelta, Luis Guillermo, hoy, le gana a cualquiera de Johnny Araya, José María Villalta u Otto Guevara. Johnny le gana a Otto o a José María. Otto le gana a José María nada más. Pero Luis Guillermo le gana a cualquiera de los tres.

¿Cómo se explica uno que el candidato que según la misma encuesta va de tercero le gane a todos? ¿no se supone que el candidato que debería poder hacer eso es el que va de primero?

Yo pensé que el resultado fue un artificio de la forma en la que se hizo la pregunta, pero viendo la encuesta, no, no fue eso tampoco, pues la pregunta fue formulada de la siguiente forma:

Si hubiera segunda ronda y fuera entre _____, ¿por quién votaría?

Y las opciones las presentaron así:

  1. José María Villalta-Otto Guevara
  2. José María Villalta-Luis Guillermo Solís
  3. Otto Guevara-Luis Guillermo Solís
  4. Johnny Araya-Luis Guillermo Solís
  5. Johnny Araya-José María Villalta
  6. Johnny Araya-Otto Guevara

Es decir, no es que el nombre de Luis Guillermo aparecía de primero (eso sería el de Johnny), tampoco es que aparece en una forma particularmente favorable. Lo único que uno podría alegar que es raro, es que el nombre de Luis Guillermo se menciona tres veces seguidas y de último. Habría que tener déficit atencional severo para que eso sea un factor significativo en la forma que uno responde.

Tampoco fue que se le hizo la pregunta solo al 70% de la gente que dijo conocer a Luis Guillermo.

Tampoco es cierto que que la población encuestada es particularmente favorable al PAC. Cruzando las preguntas E5 y E8 el estudio concluye que solo el 25% de la gente encuestada que dijo haber votado por Ottón está votando por Luis Guillermo. El 30% de la gente que dijo haber votado por Ottón está votando por José María. Y un 26% dice no saber por quién va a votar ahora. El estudio omite indicar qué porcentaje de los entrevistados dicen haber votado por cada uno de los candidatos en el 2010, aunque sí hicieron la pregunta.

De los datos que el estudio publica, lo que uno puede concluir es que hay una légitima preferencia del más del 40% de los entrevistados de votar por Luis Guillermo … en segunda ronda. La dimensión de este absurdo es apabullante, pues esto quiere decir que podría quedar electo en primera ronda (es más del 40% de los entrevistados), sino fuera porque la gente está tratando de hacer que su voto sea “útil” y se lo están dando al alguien más. Es tan difícil de ignorar este hecho que el mismo Luis Guillermo escribió al respecto.

¿Cómo se come eso? Me parece que los entrevistados ven objetivamente en Luis Guillermo una opción viable para el país, y no solo eso, sino que lo ven como una mejor opción comparado con los otros tres. Sin embargo su intención de voto parece no ser objetiva. Por ejemplo, menos de la mitad de la gente que dice haber votado por Otto en el 2010 lo va a volver a hacer. Lo mismo sucede con Laura Chinchilla y Johnny Araya. Eso a mi me indica que la gente no está votando por ideas (Otto en el fondo no ha cambiado mucho, a pesar de lo que él afirme; y Johnny no es tan diferente de Laura Chinchilla como el quiere hacer creer) sino por otra cosa. Sin embargo, cuando se los enfrenta a la elección práctica, es decir, cuando solo pueden votar a favor de uno y en contra de otro, ahí de pronto se ponen a pensar.

Esto no es nuevo, y hay sistemas electorales que tratan de responder a la necesidad de resolver una situación de este tipo. Uno en particular se llama “método de Condorcet”, y dado que me hicieron el favor de preguntar específicamente al respecto, devuelvo el favor…

A diferencia de nuestro democrático sistema en el que se elije a un candidato, el método de Condorcet le pide a la gente un orden de preferencias. Quisiera poder meterle mano a los datos de la encuesta para ver qué está pasando realmente, pero pareciera que la gente está indicando algo así como que prefiere a Johnny, Luis Guillermo, Otto y José María. O a José María, Luis Guillermo, Johnny y Otto. O Otto, Luis Guillermo, Johnny y José María. O Luis Guillermo, José María, Johnny y Otto. En ese orden. Vean que Luis Guillermo aparece de primero solo en un caso, y el resto de segundo. Suponiendo que esos sean los únicos cuatro votos emitidos, el método de Condorcet diría algo así como:

  • A Luis Guillermo lo prefieren sobre Johnny 3:1
  • A Luis Guillermo lo prefieren sobre José María 3:1
  • A Luis Guillermo lo prefieren sobre Otto 3:1
  • A Johnny lo prefieren sobre Otto 3:1
  • A Johnny lo prefieren sobre José María 2:2
  • A José María lo prefieren Otto 2:2

es decir, no lo prefiere la mayoría, pero más gente lo prefiere sobre el resto (si la mayoría lo prefiriera, aparecería en todas las listas de primero). Otra forma de leer un resultado así, y por eso concuerdo con Luis Guillermo en que esta campaña es de locos, es que más gente estaría más contenta si Luis Guillermo resultara presidente. Si Johnny resultara presidente, estarían contentos por ejemplo los que lo prefirieron sobre Otto, pero no los que preferían a Luis Guillermo sobre Otto, José María y Johnny, que parecen ser los más.

(Para quién se lo esté preguntando, los resultados publicados en el estudio no permiten concluir realmente esto, aunque parece que eso es lo que dicen. Sin embargo los datos necesarios para una conclusión así sí están enterrados en la encuesta)

Los pequeños grupitos de gente que prefieren a Johnny, Otto ó José María en primer lugar parecen ir camino a causar una situación donde el resto del país estaría sumamente descontento con el resultado. Lo mismo que decía el otro día: Costa Rica es rara. Parece ser que tiene la opción de ser feliz, de obtener una solución satisfactoria para la mayoría, y sin embargo prefiere hacer algo completamente distinto.



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