10-13-2014
Comentaba yo sobre el divorcio que parecemos tener entre el deseo por un gobierno abierto y (la falta de) datos abiertos, y decía que debemos comprar nuestra experiencia con la de otros sitios.
¿Cuáles han sido experiencias positivas en otros lugares?
Hace un par de años Tim O’Reilly alababa la experiencia en Chicago, narrada elocuentemente por John Tolva, quien señala que establecieron cuatro principios básicos:
La transparencia crea confianza.
La rendición de cuentas crea una mejor fuerza laboral.
El análisis crea nuevos procesos.
Los datos abiertos crean negocios.
Los dos primeros se tienen que ver con gobierno abierto y los dos últimos con datos abiertos. Partir de la conjunción de las cuatro cosas es un buen signo, ya que queda claro que no se puede alcanzar un gobierno abierto sin tener datos abiertos antes, pero también deja claro que no se pueden tener datos abiertos sin tener la intención de llegar a un gobierno abierto.
Las intenciones, por buenas que sean, eventualmente no alcanzan para reemplazar a las acciones. Cualquier iniciativa de gobierno abierto tiene que ir acompañada de una rápida materialización de una política de datos abiertos. Siguiendo con el ejemplo de Chicago, ellos han establecido un portal de datos que contiene toda clase de información y de metainformación. Un conjunto de datos que, comprensiblemente, atrae mucho la atención es el de los salarios anuales de los diferentes funcionarios de la ciudad. Hay sin embargo cosas que alimentan menos la curiosidad, pero que eventualmente podrían ser más útiles, como el listado completo y actualizado de los contratistas trabajando para la ciudad, el listado georeferenciado de las violaciones al límite de velocidad detectadas por las cámaras instaladas para tal efecto ó la cantidad de visitas mensuales a cada una de las bibliotecas públicas. Más importante que todos esos ejemplo es el hecho que la ciudad de Chicago ofrece un API para acceder toda la información de manera programática y en tiempo real. Chicago no solamente publica datos, también los mantiene actualizados. Por ejemplo, el listado de crímenes reportados no es el listado de los crímenes de hace cinco años, o del año pasado, o del primer semestre del año. Es el listado de los crímenes reportados que han ingresado de forma más reciente a la base de datos. Al momento de yo hacer la consulta había información de hace siete días.
La ciudad de Chicago no está sola en este esfuerzo. San Francisco hace lo propio. Puerto Rico también. el Reino Unido. Amsterdam. Berlín. Uruguay. Buenos Aires, la Unión Europea… muchas de estos sitios utilizan Socrata como plataforma de administración datos abiertos y otros utilizan CKAN. Independientemente del sistema, lo que tienen en común estas iniciativas es que tienen clara la importancia de no ser simplemente un sitio con cuadros y gráficos, sino que los datos estén ampliamente disponibles, utilizando interfaces y formatos bien documentados, y que se mantengan actualizados de forma contínua. Socrata ofrece una guía de campo donde explica en términos muy básicos como desarrollar una estrategia de datos abiertos.
El proyecto Ushahidi demuestra que las iniciativas de datos abiertos no son solo cosa de gobiernos. Lo que comenzó como una página web para promover el periodismo ciudadano en Kenia, se ha convertido en toda una plataforma para recoger información de los ciudadanos en tiempo real, pero también se ha desarrollado más allá de eso y provee herramientas para hacer mapas sin intervención o apoyo de un gobierno central, análisis de información, organización de datos de crisis, alertas durante emergencias, un gateway para mensajes de texto e incluso un aparato para mantener la conectividad a Internet en sitios donde de otra forma eso sería difícil o imposible.
Ushahidi no está solo. Existen otras cosas, grandes y pequeñas, por ejemplo Open Parliament es una iniciativa privada para mantener datos y registros de las decisiones del parlamento en Canadá. Fix my street es un sitio en el Reino Unido para reportar problemas a nivel comunitario, que se desarrolló en una plataforma que puede ser utilizada por cualquiera. La fundación Sunlight ofrece mecanismos para que los ciudadanos puedan mantenerse al tanto de las acciones de su gobierno. Hay muchos otros ejemplos de este tipo. De hecho, hay tantos que la idea de la sociedad civil utilizando medios tecnológicos para influir en el gobierno no es solo una idea bonita, es todo un tema.
En todas sus variantes, en el tema de datos abiertos la pregunta ya no es si hacerlo o no, la pregunta hoy en día es cuándo, porque ayer ya es tarde.