06-24-2006
Acostumbro oir las transmisiones de Radio Nacional de la Asamblea Legislativa (lunes a viernes de 3 a más o menos 6 pm, 101,5 MHz FM). Mucha gente me pregunta perpleja con frecuenia que por qué, les resulta incompresible que alguien voluntariamente quiera hacer eso.
La respuesta más simple es que quiero conocer la forma de pensar de los diputados, lo cual no se logra atendiendo los discursos que pronuncian sino a la forma en la que los pronuncian. Hay varios diputados que tienen ensayado cierto tono de plaza pública (es un cantadito característico que es difícil de explicar, pero fácil de reconocer aún sin haberlo escuchado antes) los cuales uno debería simplemente ignorar (por eso no sé como se llaman).
Hay otros que exponen argumentos bastante razonados en el plenario. En esta legislatura Alberto Salom (PAC) es uno de ellos. En una verdadera lástima que el PAC esté limitándose a perder el tiempo en la Asamblea.
Enfatizo que lo hacen en el plenario pues en esta Asamblea hay una cantidad impresionante de diputados que defienden — en el plenario — que al plenario se va a votar y no a hablar. Solo les falta decir “y no a perder el tiempo hablando.” Es impresionante la cantidad de diputados que toman la palabra para decir “votemos ya y si quieren hablemos luego.” Mayi Antillón (PLN) es una de estos.
Hay un diputado sin embargo que se destaca: Óscar López. Lamentablemente no se destaca por bueno. Se destaca por demagogo. Su discurso es, además de frecuente, inconsistente.
Ayer por ejemplo pasó quince minutos hablando en contra de la ley de reducción de tugurios, con argumentos que al menos superficialmente parecían razonados e incluso hasta válidos. Se dejó ir con una joyita que dice más o menos “yo soy nacionalista; Costa Rica para los costarricenses”. Digamos, solo por una cuestión argumentativa, que alguna clase de idea estaba escondida en el discurso…
Al llegar la votación se puso de pie.