01-25-2007
Bueno, pues parece que nuestro más recientemente proclamado liberal anda confundido con su nuevo credo, y como corresponde a todo el que cree que es (pero no sabe) la emprendió contra la isla.
Muy precavidamente decidió no decir casi nada y en su lugar atenerse a las pruebas, aprovechando la oportunidad para salpicar el asunto con un poquito de cliché en forma de citas de “Another brick in the wall, part 2.” Desde que Pink Floyd publicase el album cientos y cientos de personas en todo el mundo han querido utilizar la canción más famosa de la obra para manifestarse en contra ya sea de esquemas específicos de educación o de formas educativas dictadas por el gobierno. Lo que parecen ignorar es que Roger Waters no estaba hablando a favor de una educación anarquista, sino en contra de la educación que él y miles de niños en su tiempo tuvieron que recibir. Estimado lector, la próxima vez que escuche “The Wall” escuche, escuche en particular lo que dice “Happiest days” respecto a “certain teachers who would / hurt the children in any way they could” y “when they got home at night, their fat and / psychopathic wives would thrash them / within inches of their lives.” Waters se refiere en particular a una forma de educación que estaba orientada a producir sociedades de pensamiento uniforme y acrítico. Lección básica de Inglés: “we don’t need no education” no quiere decir “no necesitamos educación” sino más bien “necesitamos educación”. Se llama licencia poética. Los artistas tienden a usarla y la mayor parte del mundo tiende a no entenderlos. Waters está diciendo “necesitamos educación, pero no de esta clase.”
La otra arista de “Another brick in the wall, part 2″ es que más allá de negar el colectivo, más bien lo adopta: “we … we … you’re just another brick in the wall.” Waters está subrayando el conformismo que existía en el sistema Inglés de educación … ¿o es existe? ¿sólo el Inglés?
Es así irónico que se use precisamente esta canción para ilustrar el tema de la educación en Cuba, el país con mayor desarrollo educativo (y de salud pública) de toda América. En lugar de criticar el régimen cubano, como con tanto ahínco lo ha hecho Óscar Arias en busca no sé si del segundo nobel o de la silla de la secretaría de la ONU, deberíamos ver para adentro y preguntarnos si nuestra democracia electoral es realmente mejor, cuando no es capaz de reducir la pobreza por debajo del millón de personas o de eliminar la desnutrición infantil o de resolver el problema de inseguridad o el problema de drogadicción. ¿Qué ventaja representa con respecto a Cuba un crecimiento del 6% de la economía si no podemos usar ese crecimiento para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la nación?
Más allá de las cosas que aparecen en los dos videos aludidos que podríamos calificar como tristes o cuestionables — que las hay — creo que es importante rescatar una cosa: a los niños se les está pidiendo que creen, no que crean sino que sean creativos. Cuando la maestra le dice al niño “tienes la idea pero no la cuajas” está haciendo algo importante en el proceso de formación de un niño que en Costa Rica se da solo en casos excepcionales: está diciéndole “lo estás haciendo bien, y lo puedes hacer mejor.” O en otras palabras: no te conformes.
Es típico de los pseudo-liberales criticar a Cuba por sus errores, que los tiene, al mismo tiempo que se olvidan de ver hacia su propia tierra y no darse cuenta que después de todo Benjamin Franklin tenía razón: They who would give up an essential liberty for temporary security, deserve neither liberty or security.