10-10-2009
Wilson Tapia en su programa “Política en vivo” decía:
Yo no puedo entender hasta ahora por qué la política cambió, por qué la política no tiene izquierda, o la izquierda está constreñida a los marcos acotados de una social democracia que de alguna manera se transforma en el gerente del neoliberalismo y no en su detractor más connotado. Los choques que se producen entre la social democracia y la derecha son choques que más bien obedecen a la búsqueda de triunfos electorales, que a decidir o a plantear mejor un determinado esquema ideológico programático. Lo vemos por ejemplo en las alianzas que se han dado en Alemania, la democracia cristiana y la social democracia que son evidentemente contrapuestas gobernaron con Angela Merkel, y bueno, ahora la cosa no funciona porque Merkel sacó la suficiente votación como para hacer alianzas con la derecha. Creo que este tema está presente también en Chile. […] Los partidos de la Concertación de pronto se desdibujan precisamente por eso. Cuando se sale gente socialista, como por ejemplo Ominami, un socialista que marcó una buena parte del partido socialista después de la dictadura y un hombre además con un pasado de extrema izquierda […] termina en una postura que si bien él cree que sigue siendo de izquierda, hace algunas concesiones con el modelo que no son necesariamente compatibles con lo que pensaba antes. Me podrán decir “sí, la gente puede cambiar” y yo no estoy de acuerdo con eso. El problema es que esos cambios tienen que tener algún sentido que justifique al personaje que cambió y si esa justificación es solamente querer manejar el poder no tiene nada que ver con el arte de hacer posible la vida en sociedad y el interés general que es lo que define a la política. Yo creo que esto solamente se explica porque la política hoy en día la están haciendo los economistas y, a diferencia de antes que la hacían los políticos, hoy día la política busca beneficios porque son una mirada de negocios y no el interés general y la felicidad, como era cuando se hacía la política con una gran mirada macro que se lograra es cosa distinta, pero por lo menos había modelos para soñar.