Aclaración necesaria: la DIS y Mariano

05-16-2014

El tema de la DIS ha levantado más roncha de la que esperaba. Yo antes mencioné a Mariano porque su designación como director de la DIS efectivamente causa molestia en mucha gente. El día del traspaso de poderes, yo estaba en el Estadio Nacional. Al finalizar el acto vi comentarios en Twitter respecto a la sorpresiva (y silenciosa) designación. Yo pensé que eran chismes malintencionados, más que todo porque Mariano había dicho días antes que no ocuparía ningún puesto en el gobierno. Y ajá, ahí me fuí en la finta. Mariano dijo “gabinete”, no “gobierno”, y, partiendo pelos por la mitad, el director de la DIS no es parte del gabinete…

… con esa partidera de pelos por la mitad sí tengo un problema.

¿Que estrictamente hablando dijo la verdad? Sí, no lo puedo discutir. ¿Que hablando de manera realista mintió? Creo que hay que ser demasiado caradura para negarlo. ¿Ministro de gobierno? Puesto de confianza. ¿Director de la DIS? Puesto de confianza. ¿Mariano de verdad espera que uno vea las cosas como algo distinto nada más porque formalmente hablando, uno es parte del gabinete y el otro no? ¿Usted me está vacilando?

El problema no es si toma el asunto para el vacilón. El problema es que el director de la DIS tiene acceso a información a la que poquísima gente del país tiene acceso. Y puede ser que algún cínico crea que partir pelos por la mitad de esa forma sea una cualidad deseable para alguien que ocupa el puesto, pero yo creo exactamente lo contrario. En Costa Rica no estamos para esas cosas.

Más allá de eso, yo no tengo un problema enorme con que Mariano sea director de la DIS. Respeto, eso sí, que exista gente que desconfía de Mariano en ese puesto, por una multitud de razones.

Dicho eso, yo tengo un problema con que la DIS exista.

Tengo problemas con la existencia de la DIS más allá de los rumores que se utiliza como instrumento para chantaje y extorsión por parte de personas privadas que aparentemente están en posición de “contratar” los servicios de la DIS.

Tengo problemas con la idea de que en Costa Rica se “forme” gente con la mentalidad que urgar en la vida privada de la gente es normal y necesario.

Tengo problemas con la idea de que en Costa Rica exista un cuerpo de “seguridad” que actúa sobre la base de rumores y chismes.

Tengo problemas con la idea de que en Costa Rica exista una policía que no le rinde cuentas a nadie más que al Presidente.

Tengo más problemas con la idea de que en Costa Rica existan funcionarios de gobierno que operan bajo la premisa que no le deben rendir cuentas a nadie más que al Presidente.

Y tengo todavía más problemas con la idea de que esos mismos funcionarios un día de tantos hagan algo que tal vez sea mejor no decirle ni siquiera al Presidente.

Me repugna que haya gente que levanta la bandera del derecho a la privacidad y los derechos humanos y sin embargo en este tema se queda callada. O peor todavía, defiende la necesidad de que la DIS exista.

Me repugna más el oportunismo de libertarios, que viendo el error de Luis Guillermo Solís como una invitación, están sembrando duda y miedo en torno a cosas que ni han pasado y que probablemente no vayan a pasar.

Mi problema con la DIS deriva una cuestión básica: la ley está para cumplirla. Cuando existen personas que tienen de alguna forma permiso para no cumplir la ley, ahí comienzan todos nuestros problemas. En los últimos cuatro años a mi me tocaba por las tardes ver a menudo en circunvalación una caravana de vehículos con vidrios completamente negros, sin placas, circulando muy por encima del límite de velocidad, viajando de Zapote hacia Escazú. Nunca supe a ciencia cierta quién iba en esos vehículos, pero tenía mis sospechas. Yo espero, yo quiero, que este gobierno nunca tenga que ver vehículos haciendo lo mismo de Zapote a Barrio Escalante.

Por eso quiero ver el cierre de la DIS.



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