¿Qué es la DIS?

05-11-2014

El nombramiento de Mariano Figueres como director de la DIS ha causado molestia. Parte de la molestia se debe a que el PAC en su programa de gobierno para el 2010 incluyó “cierre de la Dirección de Inteligencia y Seguridad”. Cuando Luis Guillermo presentó el programa de gobierno para el 2014, dijo:

estaba todo aquí, en el mejor plan de gobierno que tuvo Costa Rica en el 2010 y lo dejamos ir. La buena noticia es que el mejor plan sigue aquí.

En Twitter alguien le contestó el anuncio diciendo:

@luisguillermosr 10. Cierre de la Dirección de Inteligencia y Seguridad.

:D :D :D :D que no solo los altos políticos se beneficien de la DIS

Eso de “10. Cierre de la Dirección de Inteligencia y Seguridad.” se refería a que ese plan incluía en la parte de seguridad el cierre de la DIS, igual que el del 2010, pero la versión que se encuentra hoy en línea llega solo al punto seis. Cuándo cambió no tengo idea y creo que no importa. Lo que sí importa es que de una campaña a otra ese punto desapareció.

¿Por qué algo aparentemente tan pequeño causa tanto barullo? ¿Qué es la DIS?

De acuerdo con la Ley General de Policía, en su artículo 13:

Créase la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional, como órgano informativo del Presidente de la República, en materia de seguridad nacional. Funcionará bajo el mando exclusivo del Presidente de la República, quien podrá delegar, en el Ministerio de la Presidencia, la supervisión del cumplimiento de las funciones de este cuerpo policial.

Entre sus atribuciones están:

a) Detectar, investigar, analizar y comunicar al Presidente de la República o al Ministro de la Presidencia, la información necesaria para prevenir hechos que impliquen riesgo para la independencia o la integridad territorial o pongan en peligro la estabilidad del país y de sus instituciones.

y también:

d) Informar a las autoridades pertinentes del Poder Judicial, de la amenaza o la comisión de un delito y trabajar coordinadamente con esos cuerpos, para prevenirlo o investigarlo.

La ley indica que “la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional no podrá dirigir allanamientos, realizar interrogatorios, emitir citatorios ni participar en detenciones. Por su especialización técnica y si un caso lo justifica, esa Dirección podrá participar, junto con las autoridades que realizan acciones coercitivas, para brindarles información o colaboración. No obstante, esa intervención deberá autorizarla el juez respectivo.” La ley indica además que todos los documentos de la DIS son confidenciales, y si el presidente así lo dispone, se pueden convertir en secreto de Estado.

A partir de la ley que crea la DIS, esta existe con la finalidad de mantener al Presidente de la República informado sobre asuntos que puedan afectar la “seguridad nacional” (sea lo que eso sea). Debe prevenir que se cometan hechos que pongan en riesgo la “estabilidad” del país, pero no puede actuar directamente en la prevención de esos hechos. Yo a eso le llamo peligro para los cuidadanos, pues un organismo que tiene como misión prevenir cierto tipo de situaciones, pero que físicamente no puede hacer nada al respecto es un organismo que solamente puede hacer una cosa: espionaje. Esto se refuerza con el hecho que sus informes son confidenciales, y en caso necesario, secretos de Estado.

El reglamento de la DIS señala que a los funcionarios a los que se les vaya la mano en el ejercicio de sus funciones se le realizará un procedimiento administrativo. Este procedimiento administrativo será secreto para no perjudicar el éxito de las investigaciones.

La DIS cuenta con una dirección; una asesoría legal; un área de operaciones; una oficina de recursos humanos; una oficina de materiales y presupuesto; y una unidad de archivo. Para ser una dependencia de la presidencia, es una dependencia sorprendentemente independiente. La dirección la ocupa una persona de calificada experiencia en materia de seguridad, y el que valora la idoneidad de la persona para el puesto es el Presidente. Los funcionarios de la DIS son costarricenses, mayores de edad, con tercer ciclo aprobado. Y deben tener licencia si el puesto lo requiere. Deberán “mantener en el mayor anonimato posible su identidad e igualmente absoluta reserva sobre la naturaleza de sus funciones, identidad de otros miembros del grupo de trabajo, ubicación de sus instalaciones, tipos de equipo con que se cuente”. No hacerlo constituye una falta grave.

La recopilación de información, actividad principal de la DIS, se realiza con una partida de gastos confidenciales del Ministerio de la Presidencia. La comunicación con organismos judiciales se realizará mediante canales confidenciales. A la DIS le queda prohibida la “publicación de informes de investigaciones concluidas”.

Pondría con muchísimo gusto un enlace al reglamento, pero el Sistema Costarricense de Información Jurídica hace imposible hacer tal cosa. Vayan al sitio web y busquen el decreto ejecutivo 32522.

¿Cuál es el problema con la DIS? El mismo que el de todas las policías secretas del mundo: en ellas trabaja gente, y es gente, que como cualquier otra, comete errores. Sole tiene razón cuando cita la Vida de los otros, pues esa es una representación clara de qué sucede cuando la gente se encuentra con acceso a información privada de otras personas sin el conocimiento de ellas. No conocemos nada de los otros puestos, pero al menos los directores de la DIS son transitorios, así como llegan se van. Y cuando se van no se olvidan mágicamente de todo lo que supieron sentados en esa silla. Y precisamente porque son gente, es sumamente difícil que lo que saben, que deben negar que saben, no afecte sus decisiones futuras.

Está además el problema que es imposible saber qué hace realmente la DIS. En espionaje hay un problema ampliamente conocido: en la medida de lo posible no se debe actuar en función de la información recolectada. Caso contrario, se revela el hecho que se dispone de tal información. Sucedió en la segunda guerra mundial, cuando Inglaterra descifró comunicaciones secretas de Alemania, y le resultaba imposible evitar el hundimiento de sus barcos, puesto que evitar consistentemente ataques alemanes alertaría al enemigo del conocimiento de información que creían secreta. Por ello la DIS no puede salir a la calle diciendo “¡evitamos que pasara tal cosa!” pues eso revelaría información sobre sus métodos y sus capacidades.

En toda esta pequeña novela, algo que no se puede dejar pasar por alto es que Celso Gamboa, hoy ministro de Seguridad, se opuso al cierre de la DIS, cuando él todavía era parte de la administración Chinchilla, en la que era director del organismo. Atribuir malicia nunca es buena idea y las teorías de conspiración no llevan a ninguna parte, pero hay días en los que uno también tiene que admitir que las coincidencias son demasiadas.



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